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Siete años del recital de Aerosmith en Paraguay

26 October 2018

 

El líder de la banda estadounidense Aerosmith, Steven Tyler, había sufrido cortes en el rostro y se rompió dos dientes al caer en el baño del hotel en Asunción donde se alojaba, lo que obligó a aplazar el recital programado para la noche de aquel martes 25 de Octubre de 2011.

Tyler, (70) en aquel entonces de 63 años, fue llevado a un hospital privado de Asunción, en donde le reconstruyeron los dientes y le asistieron además de un corte de ceja.

El artista fue dado de alta y trasladado de nuevo a su lugar de alojamiento, según las mismas fuentes, que anunciaron que el primer y único recital del grupo en Paraguay, programado inicialmente para la noche del martes 25, fue aplazado para el miércoles 26.

El grupo Aerosmith se encontraba hacia una semana en Asunción procedente de Lima, donde habían ofrecido un recital, precedido de una fuerte campaña mediática y del éxito de taquilla cosechado por los “Guns N’ Roses” la semana anterior.

Los “Guns“, con Axl Rose a la cabeza, reunieron a más de 50.000 fanáticos de rock en el Jockey Club Paraguayo, en cuyas puertas ya había aglomeración de espectadores para aguardar la actuación de Tyler y su banda.

Finalmente 24 Hs. después del accidente la espera valió la pena y todo fue una realidad. Vestido con un abrigo púrpura, el mismísimo Steven Tyler, el ícono del rock, el demonio del grito, saltaba al escenario al mismo tiempo que se daba una explosión de vítores que salían de decenas de miles de bocas y sonaban las primeras notas de “Draw the Line”, tema que da nombre al disco que el grupo lanzó con éxito en 1977.

Como es lógico, todos los ojos se posaron en un principio en Tyler; un impresionante hematoma de apariencia muy dolorosa oscurecía los contornos de su ojo derecho, notándose los puntos que le habían cosido tras su accidente del martes. Pero esas eran las únicas evidencias de que el artista había sido hospitalizado brevemente poco más de 24 horas antes. Tyler era un huracán en el escenario, yendo a un ritmo frenético de aquí para allá, sin dejar de bailar al son de la música de sus compañeros, manteniendo un contacto constante con su público, al que ya tenía ganado, y al que terminó de meterse el bolsillo con el grito de “¡Asunción, Paraguay!”

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